sábado, 27 de marzo de 2010

Tan lejos como siempre


Foto: Daniel Vaquero Fornet


Ha llegado el día. Se nos ha venido acercando con la parsimoniosa lentitud que marcan las horas. Se nos ha echado encima con la vertiginosa rapidez con la que corren los segundos. Ha llegado el momento.

No me busqueis. No me hallareis en esta humilde sastreria. Saldré para perderme entre el bullicio de la multitud. Me despistaré en la soledad del reencuentro conmigo mismo. Me esconderé en el luminoso brillo, en la refulgente claridad del sol de primavera. Saldré al encuentro de las tenebrosas sombras de la noche. Me embriagaré con el dulce aroma de la rosa, con la humilde presencia del clavel, con la exótica fragancia del incienso, con el vasto olor del esparto, con el de la noble y pura cera. Me emborracharé de detalles que nunca pasan desapercibidos, con los que siempre quedan en el recuerdo. Volveré a colocar mis ojos , con la turbia fijeza de una mirada perdida, en el sublime esplendor de la plata, en la refulgente luminosidad del oro, en la ópaca oscuridad de la caoba.

Afinaré la agudeza de mis sentidos para escuchar el leve crujir de la madera, la suavidad de un rachear de zapatillas, el ronco sonar de un llamador, la soberana explosión de una levantá, el repiquetear de borlones sobre el espigado varal. Para oir el crepitar de la llama de las velas, el aleteo de la capa cuando se encuentra con el viento, el armonizado son de la partitura, el torrente de una voz que reza siendo cante. Para palpar el tiempo del olvido, para tocar el ahora que se va, para disfrutar del roce de la brisa, para sentir en la piel la rugosidad del ruán, la amable suavidad del terciopelo. Para fundirme con una vieja madera, mientras aguanto el dolor de una Fe en la cerviz, mientras soporto la poderosa pena de mi Dios con una cruz al hombro, mientras siento la buena muerte del hijo del hombre, mientras espero su gloriosa resurrección.

Me pasearé por las empedradas callejuelas de la memoria. Me apostaré en el mismo rincón de siempre, en la misma plaza del ayer, con la esperanza de poder hacerlo también mañana. Me refugiaré en el mismo sitio. A la misma hora y casi con mi misma gente. No me busqueis. Estaré tan lejos como la cercanía de todo lo  que quiebra mis sentidos. Tan lejos como todos los años. Tan lejos como siempre.

3 comentarios:

  1. No me busquéis... Pero será fácil encontrarte.
    Felicidades, que todo llega, y aunque pasa, verdaderamente no pasa.
    Fae.

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  2. Me maravilló tu texto, por su capacidad de expresarse en belleza.

    Un saludo.

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  3. A disfrutar del olor y de la belleza de esta semana

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