miércoles, 3 de marzo de 2010

La Cofradefusión



A estas alturas de la película, pocas veces me sorprendo por aquello que pueda ver. Sin embargo, este caso puede ser una excepción.

Acostumbrado a ver cosas raras en la vida, ya no hay casi nada de lo que me pueda extrañar. Digo bien, casi nada.

No es que sea para rasgarse las vestiduras, pero a uno que se considera, y a mucha honra, capillita de pro, me ha dejado algo estupefacto. No me lo esperaba, la verdad. Y yo que creía que en el mundo cofrade ya estaba casi todo inventado.

No soy de aquellos que ponen las manos en el fuego por nada ni por nadie. Ya no. Pero a buen seguro, que si me jugara las extremidades, en este caso no las perdería. Y es que,  no creo que el maestro Vicente Gómez Zarzuela, allá por el año 1898,  pensara cuando componía su famosa sinfonía musical, la maravillosa marcha Virgen del Valle, más que en la señora de los ojos verdes y en su amigo, Alberto Barrau, tristemente fallecido en un naufragio en el Guadalquivir, siendo la persona a la que dedicó la bella partitura.

Verán, últimamente el mundo del arte, en este caso el mundo del baile y la música, han diversificado sus géneros. Así no es extraño que hayan proliferado musicales sobre musicales, o se hayan fusionado diferentes estilos para engendrar uno nuevo, como bien pudiera ser, por ejemplo, el flamenco pop o el flamenco fusión. Incluso se he llegado a ver cosas tan inverósimiles como una conjunción flamencofutbolera, materializada en un baile por golerías (bailar goles), realizado por Jesús Aguilera durante una gala de los medios oficiales del equipo al que deportivamente profeso mi todo mi amor (para que no vamos a andar con tapujos ¿verdad?).

Lo que no podía esperar es que esta moda de la fusión musical llegara hasta el orbe cofradiero. No imaginaba que estas invenciones pudieran atrapar bajos sus innovadoras garras al rancio mundo del capillita. No sé como habrá sentado a los que han tenido oportunidad de verlo, cómo tampoco sé que opinaran los que a continuación lo hagan. Yo, ¿qué quieren que les diga?, no sé si voy o vengo, es decir, no estoy seguro de que me guste o de que no. Me ha dejado tan anonadado que no se si estoy impresionado por su belleza o por su ordinariez. Lo que si me ha parecido es original. No dudo, ni mucho menos, a pesar de la humilde puesta en escena (no hacía falta más), del duro trabajo realizado y del esfuerzo que conlleva el interpretar la música de dicha manera realizando una coreografía de tal calibre. Pero no me termina de encajar esta forma de teatralizar los momentos de la pasión. Tal vez sea demasiado clásico y quizás me estoy quedando antiguo en ciertos aspectos cofradieros. A lo mejor es que no se comprender las nuevas novedades que nos trae el arte.

Tampoco tengo la seguridad de deciros que es lo que más perplejidad me ha causado, si el ver a un hombre bailar con el torso desnudo en un Templo o el ver como al final de la actuación la concurrencia enardecida no sólo aplaude (algo normal y natural) sino que lanza gritos de aprobación jeleando y braveando a los interpretes (músicos y bailarín).

En fín, a algunos les gustará y a otros no. Unos pensarán que es una aberración que merecería la excomunión, y otros que merecería la medalla de las artes (radicales los hay en todos sitios). Habrá quién piense que el lugar era el equivocado, y existirán los que crean que el sitio no podría ser mejor. Alguién dirá que no ha visto nada parecido mientras otros consideran que no es nada nuevo, nada del otro mundo.

Ahora os invito a verlo (Toca la Banda Municipal de Sevilla, baila Francisco Velasco). Sólo después podreis juzgarlo y sacar vuestras propias conclusiones.Yo todavía no he logrado hacerlo.

Eso si, como se ponga de moda ya digo yo que ha nacido un nuevo género. Lo podremos denominar, por ejemplo como cofradefusión o capillitafusión, aunque se admiten sugerencias. Y como nos de por ello, no será extraño que salgan las nuevas cátedras referidas a este novedoso estilo. Se organizarán encuentros, foros y mesas redondas, tertulias y peñas, grupos especializados y, como no, surgirán los críticos de turno especialistas en Flamencología Cofradieromusical.Parece que lo estoy viendo.


2 comentarios:

  1. Este asunto trae a mi memoria la pólemica del marzo de 2001 cuando aparecieron varias marchas en versión breakbeat para discotecas.Los directores de las bandas de Sevilla consideraron indmisible que sus piezas procesionales se conviertieran en musica de baile,en concreto fueron:"Al gitano de la cava" y "Amor de Madre",Pedro Pacheco director de las Cigarreras y creador de la primera dijo que ésto era una profanación.Lo que me crea duda es si se referían a todo tipo de baile,porque luego aparecen los matices y ésto de la crisis agudiza mucho las mentes y haber si vamos a tener que ver a bailaores y bailaoras en éste plan y con apoyo de Iglesia,Hermandades y directores de banda.Mi hijo toca la corneta en Presentación al Pueblo y cuando estuvimos viendo el vídeo,su cara era entre asombro,rabia y dolor y lo entiendo porque aunque solo tiene 17 años,su traje preferido es su uniforme,su perfume el incienso y sus rezos a su Cristo de la Expiración son las marchas que toca.Aurora Ortega.

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  2. Exacto. No podemos rasgarnos las vestiduras por unas cosas y después matizar en otras que pueden formar parte del mismo debate. La música cofrade se confecciona para procesionar. La clásica para escuchar. El flamenco para bailar... Se está perdiendo la perspectiva. Esto de la innovación junto a la crisis y al mayor tiempo libre que desgraciadamente provoca, creo que desemboca en que la gente piense demasiado llegando a rebasar muchos límites en pos de la creatividad y el vanguardismo. ¿Una representación de la pasión en un Templo? Es lógico, sería el sitio natural, de hecho desde tiempos inmemoriales se han celebrado los denominados Autos Sacramentales. Pero de ahí a que la gente piense que una Capilla, Parroquia, Basílica o Ermita es un teatro hay un mundo. Y es lo que no entiendo del video, el comportamiento final de algunas de las personas que asistieron al evento. Una cosa es aplaudir una actuación o representación con la que se ha disfrutado y otra muy distinta jalear, y bravear a los interpretes. Se está perdiendo el sentido de la medida. Un saludo Aurora.

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