sábado, 27 de marzo de 2010

Tan lejos como siempre


Foto: Daniel Vaquero Fornet


Ha llegado el día. Se nos ha venido acercando con la parsimoniosa lentitud que marcan las horas. Se nos ha echado encima con la vertiginosa rapidez con la que corren los segundos. Ha llegado el momento.

No me busqueis. No me hallareis en esta humilde sastreria. Saldré para perderme entre el bullicio de la multitud. Me despistaré en la soledad del reencuentro conmigo mismo. Me esconderé en el luminoso brillo, en la refulgente claridad del sol de primavera. Saldré al encuentro de las tenebrosas sombras de la noche. Me embriagaré con el dulce aroma de la rosa, con la humilde presencia del clavel, con la exótica fragancia del incienso, con el vasto olor del esparto, con el de la noble y pura cera. Me emborracharé de detalles que nunca pasan desapercibidos, con los que siempre quedan en el recuerdo. Volveré a colocar mis ojos , con la turbia fijeza de una mirada perdida, en el sublime esplendor de la plata, en la refulgente luminosidad del oro, en la ópaca oscuridad de la caoba.

Afinaré la agudeza de mis sentidos para escuchar el leve crujir de la madera, la suavidad de un rachear de zapatillas, el ronco sonar de un llamador, la soberana explosión de una levantá, el repiquetear de borlones sobre el espigado varal. Para oir el crepitar de la llama de las velas, el aleteo de la capa cuando se encuentra con el viento, el armonizado son de la partitura, el torrente de una voz que reza siendo cante. Para palpar el tiempo del olvido, para tocar el ahora que se va, para disfrutar del roce de la brisa, para sentir en la piel la rugosidad del ruán, la amable suavidad del terciopelo. Para fundirme con una vieja madera, mientras aguanto el dolor de una Fe en la cerviz, mientras soporto la poderosa pena de mi Dios con una cruz al hombro, mientras siento la buena muerte del hijo del hombre, mientras espero su gloriosa resurrección.

Me pasearé por las empedradas callejuelas de la memoria. Me apostaré en el mismo rincón de siempre, en la misma plaza del ayer, con la esperanza de poder hacerlo también mañana. Me refugiaré en el mismo sitio. A la misma hora y casi con mi misma gente. No me busqueis. Estaré tan lejos como la cercanía de todo lo  que quiebra mis sentidos. Tan lejos como todos los años. Tan lejos como siempre.

martes, 23 de marzo de 2010

Los ilustres de la Ni-Ni



Puede que muchos de los que lean esta entrada no se sientan identificados con lo que en ella se expresa. Es de todo punto lógico. No pretendo eso y mucho menos quiero hacer entender que son la excepción que confirman la regla. Eso si, que conste que para mi son, aparte de muchas, honrosas excepciones.

En todo tiempo y época han sido reconocidas ciertas corrientes culturales con un determinado nombre que las diferenciaba de otras. Así por ejemplo, de muchos son conocidas las llamadas Generación del 98 o la Generación del 27, compuestas por artistas y literatos de renombre. Por hombres de la cultura cuyo pensamiento y obra confluía en torno a una determinada ideología, siendo inspirada por un particular ideario enraizado en los momentos que les toco vivir.

De un tiempo a esta parte, ha aparecido una corriente similar pero que desafortunadamente nada tiene que ver con el mundo de la cultura. Más bien al contrario entronca con la más inusitada de todas las inculturas. No es que haya surgido de la noche a la mañana. Ha germinado a través de los años, degenerando en este submundo que ha sido acogido con un peculiar nombre. Generación Ni-Ni que la llaman.

Si. La generación de los jóvenes que Ni estudian, Ni trabajan. No porque no puedan, evidentemente, sino porque no les sale de sus santas narices. Se me antoja un nombre demasiado corto. Supongo que como está de moda el abreviar no habrá más remedio que aceptarlo. Y es que habría que añadir, el Ni se lo plantean, Ni quieren plantearselo, Ni lo piensan hacer, Ni piensan en pensarlo. Ni tienen inquietudes serias, ni se inquientan sin tenerlas.

Analizar cómo y porqué surge esta nueva corriente incultural daría para una entrada más larga y sería cuestión de que lo hicieran expertos y analistas en cuestiones educativas y educacionales.

A lo que voy es a que existe un escalón superior de esta novedosa Generación. La diferencia entre los componentes de ambas básicamente es que los de la Generacion Ni-Ni primaria, ni saben ni entienden lo que hacen, mientras que los del nivel más alto bien que se guardan de saber el porqué, el cómo, y donde realizan sus actos. Son los ilustrados de esta corriente. Son aquellos que tienen ciertos estudios. Aquellos que incluso se preocuparon por leer y escribir. Aquellos que han empollado hasta que han llegado a la Universidad.

Siempre creí, que el estudiar en una Universidad lleva aparejado no sólo el conocimiento de las materias tratadas, sino también una apertura mental que te lleva a acceder a fuentes de cultura general. Es el sitio adecuado para apuntalar valores tan importantes como el respeto. No hacia los profesores que imparten las asignaturas, ni a los compañeros con los que se comparten tantas y tantas horas de estudio. Se trata de un respeto integral a todo y a todos.

Lástima que en la Universidad, se haya instalado desde antiguo una caterva de individuos que Ni estudian, Ni trabajan. Sólo se dedican a hacer sus pinitos para dar el salto político en cuanto la oportunidad surja. Habrá algún romántico que lo haga por amor al arte. Que dedique su tiempo, aparte de a instruirse, a preocuparse por el bienestar de sus compañeros. Pero nada nuevo descubro al decir que  los movimientos estudiantiles universitarios desprenden un tufo político que raya lo patético. Por un lado los que huelen a tallo de rosa machacado de tanto apretarlo. Por otro los que con su pelo engominado o largo flequillo van revestidos de su aura gaviotero. Y en un rincón, aquellos que están contra todo. Los radicales de ideas utópicas que por no creer no creen ni en ellos mismos.

Son estos los que componen la ilustración de la Generación Ni-Ni. Los que van más allá. Los que Ni comen, Ni dejan comer. Los que Ni respetan las ideas de los demás, Ni pretenden hacerlo. Los que Ni dejan que cada cual acuda a donde le plazca para recibir lecciones, Ni permiten libremente que nadie que a ellos no les guste las imparta. Los que Ni respetan mis ideas, Ni las suyas. Los que hoy están contra lo mío y no quieren que nadie esté contra lo suyo. Son aquellos que de los que se vale la política para imponer sus ideas a los que sólo les interesa labrarse un futuro al margen tan mugriento mundo. Son aquellos que han puesto de moda el reventar actos y conferencias que hace años eran alabadas y seguidas por los que ahora los lanzan como arma arrojadiza. Son los mismos demócratas que llaman fascistas y asesinos a políticos que acuden a impartir cátedras a su lugar de aprendizaje. Los mismos demócratas que piden respeto a sus ideas cuando ellos para respetar a los demás se valen del insulto y la agresión. Hechos de este tipo son del todo inaceptables, máxime en un lugar donde debe brillar por su presencia el culto a la sapiencia. Ya sea la que pueda otorgarse a través de los libros, por medio de la clase magistral o bien por la mesa redonda, la conferencia o el debate en el que afloren la experiencia de los que se exponen a ella.

Dicen unas encuestas que la casta política de nuestro pais está en el tercer lugar del ranking de preocupaciones de los ciudadanos. Por debajo del paro y los problemas económicos. Es un problema que preocupa más que, por ejemplo, el terrorismo o la inmigración (no lo digo yo, lo dice el Centro de Investigaciones Sociológicas, dependiente del Gobierno de España). Manda huevos, como diría aquel. Y es que siguen sin darse cuenta de que el personal no es tonto, como dice el anuncio. La gente aprende. Aunque en este caso sea a base de palos en el lomo. Pero al final aprende. Empieza a comprender muchas cosas, mientras los políticos parecen mantenerse al margen, a lo suyo, sin enterarse de nada. Comienza a entender de manipulación, de cortinas de humo, de tomaduras de pelo, de promesas sin cumplir, de engaños constantes, de las mentiras sin pausa, de la corrupción de la que se hace gala, de pactos sin fondo, de reuniones sin contenido, de despilfarro de lo que suda su frente, de dilapidación para compra de votos, de rastreras subvenciones que nunca salen gratuitas, de falsa honestidad, de súbita arrogancia, de tejemanejes bajo cuerda...

Y si la gente duda y se preocupa por lo que hacen los que están ahora, fijense como se sentirán si miran a los que vendrán. A los que vienen empujando por detrás. A los de la nueva Generación. Esos que ya han aprendido que en politica existe el Ni-Ni.  El Ni se dimite, Ni se va.

domingo, 21 de marzo de 2010

La sublime y lastimosa pérdida de un Don


Antonio García Barbeito (Foto Diario de Sevilla)

Aún resuena el eco de los aplausos en el Maestranza. Apenas hace unos segundos que se diluyó en susurro el sonido del himno. De mi himno. Del que, aunque cada vez sean más los que lo nieguen, aún es nuestro himno. Todavía queda el runrún de la comidilla, de los comentarios, del intercambio de pareceres. Ahora empieza lo que manda el guión. La crítica. Lo positivo y lo negativo. Lo bueno y lo malo. El redicho del gusto y el disgusto. Pero para eso están los colores. Que cada uno diga lo que le ha parecido.

Para mi, bueno, magnífico, a partes genial, en partes difuso. Heterodoxo, a veces profundo, otras superficial. Por momentos ha parecido ambiguo, sin embargo siempre directo. Muchas, muchísimas cosas claras, otras para entenderlas entre lineas. Personal y distinto.

Tal vez, pudiese interpretarse así, respondiendo a una teología muy pero que muy personal. No se ha basado en lo efímero de una fiesta, sino en lo que permanece en el alma. En la de cada uno. En la de cada cual. Pieza literaria con un fondo para reflexionar. No sé si marcará un antes o un después. Pero no lo duden, ha sido y tal vez será siempre diferente.

Para perderse en la palabra, para recostarse en la tonalidad de la voz. La frase justa, el adjetivo adecuado, el verbo al pelo. Una religiosidad propia traslucida a la letra exacta. Recreación de la voz en la palabra. Valentía personal en un pregón intimo.

Más que arte, es reto sublime saber cómo hablarle a Dios de Tú. Prescindiendo de la reverencia. Con la misma sencillez del que lo hace con un amigo. Y él lo ha hecho. Seguro sin molestarlo. Porque cuando se va con el corazón en la mano y la sinceridad por bandera. Cuando se va con la cuchilla de la soberbia y de la vanidad enterrada en la memoria, nadie, siquiera El puede molestarse. García Barbeito, salío con toda la modestia y humildad por la puerta grande de un coso en el que algunos ya lo esperaban con las uñas afiladas dispuestos a desgarrarle toda la piel de la que el sólo se ha desnudado. Porque a esos que lo criticaban sin oirlo, que lo fustigaban sin escucharlo, ya les digo yo que hoy en el Pregón de la Semana Santa de Sevilla se ha hablado de Dios. Muy mucho. Más que nunca. A lo mejor más que siempre.

Lástima, que no lo hubiese expresado mejor en las visperas. Una pena que algunos no lo hubiéramos entendido. Muchos han pensado, han sacado erroneas conclusiones de una forma de entender la religiosidad de tan peculiar manera. Han sido enredos de dimes y diretes. De verdades sacadas a medias. De análisis de entrevistas en superficie, nunca en las profundidades de su verdad. De la verdad de la persona. De la propiedad de una forma de entender la vida. De una forma de ser bohemia y peculiar.

Lástima que para muchos. Para los críticos de foros.  Para los más papistas que el Papa. Para los que no han esperado a escucharlo hablar de Dios, de su Dios, de nuestro mismo Dios. Para los que no se meten la mano en el pecho. Los que condenan sin juicio. Lástima que para algunos que lo tenían por Don Antonio García Barbeito, por opinar sin escuchar, a partir de ahora lo tengan sólo por simplemente Antonio.

viernes, 19 de marzo de 2010

Arenas movedizas



Todos hemos sufrido cómo nuestras las trágicas muertes, los dementes crímenes tanto de Mari Luz Cortés y Marta del Castillo. Todos hemos estado pendientes de las últimas noticias que los partes televisivos o radiofónicos tenían a bien ofrecernos, para estar del todo punto informados, dadas las ganas que teníamos de que se esclarecieran los hechos y que los culpables, esos malditos asesinos, y sus cobardes encubridores fueran detenidos y pasarán todo el tiempo posible purgando su pena entre rejas. Todos hemos sentido tan dolorososas pérdidas y nos hemos puestos en la piel de esos padres que tan dignamente lloraban y siguen llorando su amarga pena. Todos, o casi todos, hemos apoyado las iniciativas emprendidas por las familias de estas chiquillas.

 Habrá quién lo haya hecho estampando su firma para un aumento de penas, de cumplimiento de condenas íntegras o solicitando la imposición de la pena de muerte para los criminales que cometen este tipo de delitos. Los habrá que lo hayan hecho acudiendo a las concentraciones o manifestaciones organizadas al efecto. Los habrá que lo hayan hecho quedándose en casa o acudiendo a un lugar de oración para rezar en pos de la aparición de los cuerpos (ójalá el de Marta apareciese de una vez por todas y acabara para la familia todo esta esperpéntica y demoniaca pesadilla).

A todos nos ha sorprendido la entereza de los progenitores en tan difíciles momentos y a todos nos ha cautivado su saber estar y su compostura, su humildad y su templanza en tan delicados trances. En definitiva, todos nos hemos quedado prendado de la admirable actitud de estas personas. Y cuando digo todos, quiero decir eso mismo. Todos.

Por eso, pienso que Juan José Cortes, padre de Mari Luz, se ha equivocado. Su forma de actuar, de hablar, de expresarse ante los medios, de saber reprimirse, era una cuestión que a todos nos ha impresionado. A los de izquierdas y a los de derechas, a los de centro y a los de los extremos, a los rojos y a los azules. Sin embargo, creo que acaba de entrar en una espiral que puede provocar que toda esa admiración ganada a pulso se venga abajo como un frágil castillo de naipes.

Juan José, es un humilde obrero titulado en FP como auxiliar de automoción y con varios cursillos de informática y fotografía. No dudo de la inagotable capacidad laboral que pueda tener y mucho menos de la más que sobrada capacidad mental. Pero hay cosas que no se aprenden si no se estudian. Y digo esto porque hace unos días, de la noche a la mañana, Juan José ha pasado a ser asesor jurídico de un importante partido político. Del más importante de todos aquellos que están en la oposición. De aquel que recibió decenas de millones de votos de la población española. Del Partido Popular. De esa misma población que ha intentado hacer suya la pena y la tristeza de la familia de Juan José a fin de hacerla más liviana y soportable.

Nada en contra tengo sobre la ideología política que pueda tener cada cual. Pero si me sorprende que se haya dado de baja en el PSOE, por "sentirse huérfano y desamparado por su partido". No sé cuales serán las verdaderas razones para unirse al enemigo, pero después de los coqueteos que tuvo con otro partido (UPD) del que se llegó a decir que iba a ir como cabeza de lista en las municipales de Huelva, sólo me cabe pensar que iba buscando un hueco en el mundo político. Y no sólo pienso eso, sino que además de eso reitero que creo que se ha equivocado.

Primero porque evidentemente no entiendo en que va a asesorar en asuntos de justicia, concretamente en la tramitación para la reforma del Código Penal a un partido en que abundan los tiburones, no sólo politicos y empresariales sino también jurídicos. En el fondo creo que si él lo analiza tampoco lo entenderá. Y segundo, porque creo que su fichaje no va a consistir más que en una utilización política para sacar réditos electorales. Se equivoca porque creo que ha entrado en un mundo cainita y cruel. Un mundo que el que pasas de la admiración al odio sólo con una expresión, con un gesto, con una mirada. Se equivoca porque no tiene los conocimientos legales suficientes que pueda tener un simple licenciado en Derecho. Se equivoca porque las personas que estuvieran esperando dentro de su nuevo partido una oportunidad como la suya van a hacerle la cama más pronto que tarde. Se equivoca porque como se mueva no saldrá en la foto. Se equivoca porque ha entrado en una dimensión en la que lo mismo que te ponen una alfombra para que llegues a una silla, te mueven la misma para que caigas sin sentarte siquiera en ella. Se equivoca porque lo mismo que te pegan una palmada en la espalda te dan una patada en el culo. Se equivoca porque toda la credibilidad ganada a pulso la pierdes sin dilación. Se equivoca porque no se da cuenta de que lo han lanzado a un lodazal en el que más que barro hay arenas movedizas.

Siempre lo creí un tio sensato, un hombre listo, una persona inteligente a pesar de su escasa formación reglada. Siempre me ha caído bien. Deseo de corazón que todo salga como el espera. Que nada le pueda pillar de sorpresa. Por eso ójalá todo te vaya bien. Ojalá no se cumplan estos augurios. Ojalá no me convierta en un pájaro de mal agüero. Ojalá el equivocado sea yo.

lunes, 15 de marzo de 2010

¿Por qué no te callas? (otra vez)



Alguién dijo algo así como, "más vale estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas". Bingo. No he podido encontrar una frase que venga mejor al pelo de esta entrada.

Verán, cojo el periódico y leo con perplejidad una especie de justificación. De excusa. De defensa. Tal vez, ahora, al cabo de los meses, el protagonista de la pantomima se haya dado cuenta del corte sufrido ante no sólo los gobernantes y representantes de todos los paises de hispanoamérica, sino ante los millones de personas que en todo el mundo han visto, ven y seguirán viendo la rotunda parada de pies ( parada en seco que dicen por aquí), el zas en toda la boca que el Rey de España dió en toda su enorme cara al jefecillo bananero que aguantan por Venezuela.

Este tipejo, por desgracia presidente de una nación, se cubre de gloria (de nuevo) al decir más o menos, que menos mal que no oyó al Rey mandarlo a callar. Y yo pregunto, ¿Qué hubiera pasado? ¿Que habría hecho si se hubiese enterado?. Supongo que habría mandado arrestarle y encarcelarle. Si, sólo por eso. Este individuo tan amante y propulsor de las libertades (sólo de las suyas, supongo) es el mismo que encarcela y reprime a todo aquel que tenga una opinión divergente a la marcada por su patético caudillismo. Es el mismo que en aras de la libertad de expresión (sólo de la suya, evidentemente) cierra medios de comunicación críticos con su gestión (probablemente a partir de ahora lo mejor será no intentar ir a Venezuela, por lo que me puediese pasar). Este personajillo tebeístico, es el mismo que en defensa de las ideologías colectivas y regionales con propósitos independentistas (sólo de las suyas, obviamente) protege y cobija a terroristas y asesinos. Este vulgar militarzuelo, en defensa de los valores democráticos (sólo de los suyos, naturalmente) es el mismo que por arte de birlibirloque ha confeccionado una ley que le permita perpetuarse en el poder. Este necio, orangutanado, charlatán y vendeburras, es aquel que trata a los representantes de países de enraizada democracia como los vivos retratos de satán. No sabe que belcebú ya hace tiempo que lo poseyó a él mismo.

Porqué no es normal que cada vez que este chismoso de la política habrá el buzón (la boca quiero decir) suba el pan. Cada vez que queda demostrada una de sus mil y una mentiras, se retrata con la fábula del bolivarismo bondadoso del que él se erige en adalid y el imperialismo maligno del que lo ha pillado con el carrito de los helados.

Y es que este payasete, que causa no sólo la vergüenza y el sonrojo ajeno sino que además levanta con cada palabra pronunciada la compasión hacía el pueblo que domina, se autoproclama el salvador de la nación venezolana. Este dictadorucho de chiste de Gila, junto al hombre del chalequito, ese tal Evo, y al personaje de la gorra verde y el chandal azul, el archiconocido y superrevolucionario Fidel, son los que cada vez que quieren y les sale del alma (por no encenderme y decir una barbaridad) ponen en jaque a nuestra nación haciendo gala de una ristra de argumentos más propios de una viñeta de Forges que de un estado serio y avanzado.

Son los mismos a los que desgraciadamente nos plegamos reverencialmente cuando ellos así lo desean. Son los mismos que se cachondean de España, gran país hermano al que sacarle hasta los ojos cuando así les conviene. Son los mismos que nos tienen cogidos por los bemoles (parece que al final voy a lograr contenerme) por intereses de índole netamente económico. Son los mismos pájaros que amenazan con cortar las relaciones amistosas que mantienen con España, cada vez que quieren demostrar su fortaleza. Son los mismos a los que al parecer le debemos todo lo que tenemos, todo lo que somos.

Y así, mientras el mono corroncho, campa a sus anchas soltando sandeces y estupideces por su soberbia boquita sin que ninguno de nuestros representantes sea capaz de frenarlo, nosotros seguimos añorando que vuelva un Rey y le suelte en toda la jeta un, ¿Por qué no te callas? otra vez. O mejor dicho, un ¿ por qué no te callas? para siempre.

jueves, 11 de marzo de 2010

Bendita locura



Fue un reencuentro frío. Distante. Un simple saludo. Después anduvimos cada uno a lo suyo. Cada cual haciendo su labor. Como siempre. En silencio. Silencio sólo roto por leves suspiros del dolor que provoca el esfuerzo centrado en mi cerviz. Silencio quebrado por el crujir del armazón que sobre su todo se soporta. Un poco de música de fondo y un rachear de zapatillas para no perdernos el compás. Trabajamos juntos. Más que rozándonos. Sintiéndonos. Sufriéndonos. Padeciéndonos. Un trabajo no forzado. No obligado. Y aunque, como los mejores amores, a veces reñido. Sarna con gusto no pica. Ella intentando vencerme. Yo saliendo airoso. Una batalla sin fín. Una guerra en mitad de la noche. Y a pesar de estar rodeados por un ejército de compañeros, no queremos cuartel en el que no estemos sólos ella y yo.

El rocío de la noche testigo de nuestros desafíos. De nuestros retos. De nuestros desvaríos. De nuestra locura. De nuestro incomprendido amor. Ese que en ciertas ocasiones no entendemos ni ella ni yo. Seguro que tampoco tú lo entenderás.

¿Que habré visto yo en ella? ¿Por qué se habrá fijado ella en mi? Inexplicable. Tanto como nuestra historia. Un cuento que dura más de una década. Pronto habrá que sumarle un lustro. Sin embargo, cada año es igual y al mismo tiempo distinto. Es un amor de temporada. Empezó de juventud y continúa en la madurez. Y a pesar del sufrimiento nos echamos de menos.

En la despedida, aunque gélida, nos miramos. No pudimos resistir el sonreirnos. Un leve guiño. Un hasta luego. Un hasta pronto. Porque la próxima vez que nos veamos, será cuando la vida se resuma en siete dias. Cuando a Aquella a la que profeso mi fe, sea portada por un corázón que hasta el cielo quiera elevarla. Cuando la dureza de la vida no se resuma más que en una inmaterial carga de sentimientos. Volveremos a vernos en días de pasión. De capirotes espigados. De ruán y esparto. De morados y amarillos. De esplendor y sobriedad. De capas y colas. De cruces penitenciales y ceras de iluminada pureza. Será en Semana Santa.

Bendita madera. Amada locura. Ansiada espera.

lunes, 8 de marzo de 2010

137 medidas ¿137 errores?




Acabo de llegar a casa. He puesto la tele y me he sentado tranquilamente a ver que es lo que nos ponen. Ya sabía que el "prime time" de la primera de TVE, iba a estar dedicado a una entrevista al presidente del Gobierno de mi país. Sinceramente no era mi intención ponerme a verla, no pretendía dedicarle ni un sólo minuto a su visualización, ni un sólo segundo a su intervención. Sin embargo, recapacitando, he creído que siempre es interesante escuchar a aquel que mueve los entresijos de España. Del país en el que vivo. Pienso que debería ser de obligado cumplimiento para todo aquel que se interese por el estado de su país oir las explicaciones del máximo responsable del mismo, máxime en una situación tan delicada cómo la que nos está tocando vivir.

¿Sabeís cuanto he aguantado viendo la entrevista? Exactamente dos minutos y cuarenta y cinco segundos. El tiempo que he tardado en darme cuenta de que todo se trataba de una puesta en escena medida y pensada para darse un lavado de imagen. No un lavado cualquiera. Un lavado con jabón lagarto y frota que te frota. Ya intuía, desde que se anunció la intervención, lo que iba a ser la misma. Un nuevo teatro. Sin novedad en el frente. Insustancial, soso, aburrido, repetido. Una función mil y una vez representada. Pose y cara de circunstancias cuando toca. Risa de marketing, ganadora de elecciones, cuando viene al caso.

He cambiado el canal, cuando se ha referido a las medidas propuestas. Mire usted señor presidente, cuando usted ha afirmado que han tomado 137 medidas contra la crisis. Sólo quiero decirle dos cosas. La primera, que reconoce que me mintió. Hace dos años, no había crisis, había una leve recesión. Todos estabamos equivocados y además eramos unos antipatriotas que no querían a España. Ahora, con más de cuatro millones de parados (dijo que jamás llegaríamos a esa cifra), duplicando la media europea, busca pactos con aquellos a los que ultrajaba antes de una cita electoral. Cuando usted se jugaba la poltrona. Segundo, si ha tomado 137 medidas, por favor le pido que no tome más. Porqué de las 137, ¿Cuantas han funcionado?.

Dijo que se iba a invertir en I+D, para que tomara el testigo de la construción otro sector que tirara del carro de la economía. Hoy incentiva de nuevo la construcción, tanto civil (Plan E) como la privada (deducciones en impuestos y licencias a los que realicen reformas en sus hogares), con lo cual, estamos en las mismas. Pan para hoy y hambre para mañana.

Dijo que la economía del país era la más solvente de todas las de la Unión Europea y ¿qué pasó?. Que dilapidó el dinero. ¿En qué? En experimentos electorales, aún en contra de los expertos que le rodean. ¿Qué pasó cuando se le ocurrió regalar 400 euros a los españolitos? Ya le advirtió su Ministro de Economía, que no era posible, y ¿qué hizo usted? que lo contradijo, que lo negó. ¿Cuanto costó la broma? 5.700 millones de euros. Se dice pronto. ¿Cuantas personas salieron de "pobres" con ese regalo?. Particularmente pienso que no benefició. Sólo perjudico a más de uno. Aumentó las bases de cotización y por ende el pago de impuestos.

Dijo que subiría los impuestos a los que más tenían. A los poderes adquisitivos más elevados. ¿Que va ha hacer? Subir el impuesto a todos los ciudadanos de a pie. Recuerdo que el IVA, lo pagamos todos, los que le votaron y los que no. Además ello no quiere decir que vaya el Estado a recaudar más. Por una simple razón, porque es probable que se gaste menos. No lo digo yo. Lo dicen los expertos en economía de la Unión Europea. Esa que usted preside.

Dijo que congelaría los sueldos de los funcionarios, y sin embargo hoy me desayuno la noticia de que antes de las próximas eleccíones, los trabajadores de la administración van a recibir un "regalito" de 500 eurillos. Total, que más da, si de lo que se trata es de no soltar el bonito sillón del poder. ¿Verdad?

Dijo, dijo, dijo...

No soy economista, no entiendo mucho de números, pero cualquiera que lleve las cuentas de la, que cómo dice el anuncio, es la República Independiente de su Casa. Sabe que si no hay ingresos o estos se reducen, hay que gastar menos o restringir el máximo posible. Usted, lejos de eso, ha hecho lo contrario. Y mientras sigue en la nube, mientras sigue soñando con castillos en el aire, a otros el castillo, el de arena, el de cemento, se le ha derrumbado y no tiene donde refugiarse. Hágaselo mirar, y gobierne como si estuviera en su casa. Es muy fácil disparar cuando la polvora es ajena.

sábado, 6 de marzo de 2010

Yo voy ¿y tú?




Hace algo más de una semana, en una de las entradas de este todavía joven taller (La VIDA como DERECHO), me posicionaba individualmente sobre la controvertida reforma de la Ley del Aborto. Dicha reforma legislativa se encuentra a menos de cuatro meses para su entrada en vigor. Poco creo que haya que decir sobre su nueva estructuración y sobre su novedoso y  polémico contenido que no se haya dicho ya. Creo que después de tanto hablar de ella pocos serán los que no conozcan los nuevos aires que trae la tan progresista Ley.

Reflexionaba al final de la mencionada entrada de las acciones que se podían suceder desde el momento en la que se aprobó. Y comentaba que a los particulares, al ciudadano de a pie, sólo le quedaban dos alternativas. O bien caía en la desesperanza y daba por perdida la batalla o bien luchaba hasta el final. Pués bien, yo soy de los que va a optar por la segunda opción. Voy a pelear, dentro de mis posibilidades y los escasos medios que pueda tener, para que, según siempre mi opinión personal, lo que es una abobinable aberración, terrorífica, inhumana, inconsecuente, peligrosa, y contraria acción al sentir popular  que se comete con la puesta en funcionamiento de la nueva norma, no se lleve a cabo.

De sobra sé que los elementos a vencer son difíciles pero luchar por lo que uno quiere es el medio más eficaz para conseguirlo. Nadie puede decir que lograr aquello que se propone siempre vaya a ser fácil, que vaya a ser un camino de rosas, sin baches, sin badenes, sin agujeros en la vía, tan fácil de recorrer que no tengamos que sortear los obstáculos que se nos presenten. Que nadie dude que el trayecto será duro. Lo más importante para conseguir el objetivo, aparte de pelear por el, es tener esperanza y creer en que se puede alcanzar.

Mañana, en Sevilla, a las 12 del mediodía, en la Plaza Nueva. La primera cita. El primer reto. Será una concentración para reclamar el Derecho a Vivir que asiste a todo ser humano. En ella, aparte de la retirada de tamaña afrenta a la vida que supone la nueva legislación, se solicitarán y reclamarán medidas sociales para las mujeres embarazadas. Es más fácil, más sencillo, menos problemático para los que nos gobiernan, para los que llevan las riendas políticas de nuestro pais, decir y hacer que las mujeres interrumpan voluntaríamente su embarazo (según nos intentan vender de manera sibilina un aborto en toda regla utilizando el término progre) que promover medidas de corte social que eviten lo que pudiera ser la salida más fácil y a la vez más peligrosa para una mujer.

Será una concentración que tendrá lugar en varias ciudades de España y a la que han mostrado su apoyo cientos de instituciones. No se va a centralizar pues en ningún lugar concreto, no nos va a pillar por tanto lejos de casa. Así que  sólo nos puede frenar el ánimo de asistir el handicap de la meteorología o la pereza de una mañana de domingo. Pobres argumentos para los que consideramos la vida como el derecho primordial y más importante del ser humano. No hay motivos para quedarse en casa para los que queremos hacernos oir, para los que queremos que nos escuchen, para los que solicitamos una retirada a tiempo de lo que generaciones venideras pensarán que es una auténtica tropelía contra el desarrollo del género humano.

Yo sólo seré un grano de arena, pero junto a tí que ahora me lees a lo mejor formamos una montaña. Por eso, porque creo en la VIDA, porque quiero luchar hasta el final, yo voy ¿y tú?

miércoles, 3 de marzo de 2010

La Cofradefusión



A estas alturas de la película, pocas veces me sorprendo por aquello que pueda ver. Sin embargo, este caso puede ser una excepción.

Acostumbrado a ver cosas raras en la vida, ya no hay casi nada de lo que me pueda extrañar. Digo bien, casi nada.

No es que sea para rasgarse las vestiduras, pero a uno que se considera, y a mucha honra, capillita de pro, me ha dejado algo estupefacto. No me lo esperaba, la verdad. Y yo que creía que en el mundo cofrade ya estaba casi todo inventado.

No soy de aquellos que ponen las manos en el fuego por nada ni por nadie. Ya no. Pero a buen seguro, que si me jugara las extremidades, en este caso no las perdería. Y es que,  no creo que el maestro Vicente Gómez Zarzuela, allá por el año 1898,  pensara cuando componía su famosa sinfonía musical, la maravillosa marcha Virgen del Valle, más que en la señora de los ojos verdes y en su amigo, Alberto Barrau, tristemente fallecido en un naufragio en el Guadalquivir, siendo la persona a la que dedicó la bella partitura.

Verán, últimamente el mundo del arte, en este caso el mundo del baile y la música, han diversificado sus géneros. Así no es extraño que hayan proliferado musicales sobre musicales, o se hayan fusionado diferentes estilos para engendrar uno nuevo, como bien pudiera ser, por ejemplo, el flamenco pop o el flamenco fusión. Incluso se he llegado a ver cosas tan inverósimiles como una conjunción flamencofutbolera, materializada en un baile por golerías (bailar goles), realizado por Jesús Aguilera durante una gala de los medios oficiales del equipo al que deportivamente profeso mi todo mi amor (para que no vamos a andar con tapujos ¿verdad?).

Lo que no podía esperar es que esta moda de la fusión musical llegara hasta el orbe cofradiero. No imaginaba que estas invenciones pudieran atrapar bajos sus innovadoras garras al rancio mundo del capillita. No sé como habrá sentado a los que han tenido oportunidad de verlo, cómo tampoco sé que opinaran los que a continuación lo hagan. Yo, ¿qué quieren que les diga?, no sé si voy o vengo, es decir, no estoy seguro de que me guste o de que no. Me ha dejado tan anonadado que no se si estoy impresionado por su belleza o por su ordinariez. Lo que si me ha parecido es original. No dudo, ni mucho menos, a pesar de la humilde puesta en escena (no hacía falta más), del duro trabajo realizado y del esfuerzo que conlleva el interpretar la música de dicha manera realizando una coreografía de tal calibre. Pero no me termina de encajar esta forma de teatralizar los momentos de la pasión. Tal vez sea demasiado clásico y quizás me estoy quedando antiguo en ciertos aspectos cofradieros. A lo mejor es que no se comprender las nuevas novedades que nos trae el arte.

Tampoco tengo la seguridad de deciros que es lo que más perplejidad me ha causado, si el ver a un hombre bailar con el torso desnudo en un Templo o el ver como al final de la actuación la concurrencia enardecida no sólo aplaude (algo normal y natural) sino que lanza gritos de aprobación jeleando y braveando a los interpretes (músicos y bailarín).

En fín, a algunos les gustará y a otros no. Unos pensarán que es una aberración que merecería la excomunión, y otros que merecería la medalla de las artes (radicales los hay en todos sitios). Habrá quién piense que el lugar era el equivocado, y existirán los que crean que el sitio no podría ser mejor. Alguién dirá que no ha visto nada parecido mientras otros consideran que no es nada nuevo, nada del otro mundo.

Ahora os invito a verlo (Toca la Banda Municipal de Sevilla, baila Francisco Velasco). Sólo después podreis juzgarlo y sacar vuestras propias conclusiones.Yo todavía no he logrado hacerlo.

Eso si, como se ponga de moda ya digo yo que ha nacido un nuevo género. Lo podremos denominar, por ejemplo como cofradefusión o capillitafusión, aunque se admiten sugerencias. Y como nos de por ello, no será extraño que salgan las nuevas cátedras referidas a este novedoso estilo. Se organizarán encuentros, foros y mesas redondas, tertulias y peñas, grupos especializados y, como no, surgirán los críticos de turno especialistas en Flamencología Cofradieromusical.Parece que lo estoy viendo.


lunes, 1 de marzo de 2010

Un verdadero placer


Siempre, cada vez que me he enfrentado a la preparación de un exámen directa o indirectamente relacionado con la Historia, he seguido unas peculiares pautas para su feliz superación. Primero durante mi etapa en la EGB, con los controles que estimaba conveniente poner la profesora Concha, a la que felizmente también tuvimos por docente en las clases de Lengua. Segundo en BUP y COU, con las lecciones recibidas de Historia General, tanto de España como Mundial, desde la prehistoria hasta la contemporaneidad, el Latín y el Griego (lenguas clásicas que tanto tanto trabajo me costó aprobar) y la Historia del Arte. Y en tercer lugar, en la Facultad, en el primer curso de carrera con las asignaturas  de Historia del Derecho y Derecho romano.

Recuerdo que alguna vez me preguntaron sobre el truco que utilizaba para sacar grandes notas sin realizar grandes esfuerzos. No tenía ciencia. No era difícil. Sólo tenías que creer. Sí, creer. Creer en la historia y en ti mismo. Creer que habías sido parte de ella. Cuando lo lograbas, si además tenías algo de constancia, los resultados no se hacían esperar. Repito. La singularidad de la práctica llevada a cabo no consistía más que en creer. Ello llevaba después y casi consustancialmente ha vivirla y ha disfrutarla.


Si había que estudiar Roma, yo era un romano más, con casco y coraza, que espada en mano conquistaba territorios para el Imperio. O bien, era un ilustre componente del senado con su blanca y larga toga. O un valiente gladiador, o un humilde mercader...

Si había que estudiar la Reconquista, pues ahí iba yo, al lado del mismísimo Cid Campeador con mi caballo dispuesto a luchar contra los infieles...


Si había que estudiar la Edad Medía, apuesto, galán, hidalgo caballero o miserable, ruín y picaro hambriento, conquistador y navegante, espadachín aventurero o monje,  inquisidor curtido en intrigas palatinas o pobre siervo sometido a la volundad de su señor...


Si lo que habia que estudiar era una revolución, yo era un auténtico bolchevique ruso,  o un soldado napeleónico, o bien un ilustre y noble francés condenado a la guillotina o un campesino que toma la bastilla a la voz de Fraternité, legalité e igualité, o cómo diablos lo gritaran nuestros gabachos vecinos.

Tantas vidas imaginarias, tantas horas de batallas y de tratados, de guerras y paces... que me prometí que para revivir esas aventuras, ya no sólo iba a realizar esos viajes en el tiempo. En el momento en el pudiera llevarlos a cabo, realizaría también viajes en el espacio. Así que ahora, cada vez que me lo puedo permitir, me planto "in situ" en lugares en los que he sido testigo virtual de la historia.

Acabo de llegar de tierras leonesas. ¿Qué decir? ¿Qué contar?. Pués que me he sentido como un noble medieval, he vivido como un rey, he sufrido como un guerrero, he padecido como un campesino, he rezado como un religioso y he creado como un artista.

En esta ocasión, he realizado una magnífica ruta por León, Benavente, Toro y Zamora. Parte de la cuna del arte románico, tierra protagonista de la Reconquista, zona donde germinó gran parte de la historia de nuestro pais.

En León, he disfrutado de un espectacular alojamiento en el Palacio de San Marcos, he visto en persona la luminosidad y gama cromática de las vidrieras de su Catedral y he me quedado absorto con las pinturas del panteón de la Basílica de San Isidoro. Además de haber andado sus calles y plazas y haber admirado sus palacios y casas.

 

En Benavente he dormido en lo que en su día fue el emblemático Castillo de sus Condes, he visitado la ciudad en la que falleció el Santo Rey Fernando III y me ha servido de refugio de la tormenta perfecta la Torre del Caracol.



En Toro me he conmovido con la grandiosidad de la Colegiata de Santa María y la belleza de su pórtico y sacristía en la que la Virgen de la Mosca es protagonista junto a otros ornamentos, entre los que destaca un magnífico ostensorio de plata y marfil. Me he perdido por sus viejas callejas como un templario más de los que asistían a sus Iglesias, me he quedado petrificado como el mausoleo de Beatriz de Portugal en el Convento del Spiriti Sancti y he pegado tragos a los famosos vinos de la localidad con vistas a su Plaza Mayor.


Y ya en Zamora, he gozado con la estancia en el magnífico y bello palacio de los Alba de Aliste, testigo mudo del paso del tiempo, de sueños de nobles y cortesanos, testigo de opulencia y humildad. He paseado por sus coquetas callejuelas y me he impregnado de la magnificencia y sobriedad de su arte románico. He oteado el horizonte por encima del Duero como un vigía más desde los restos de su castillo y he caido rendido a los pies de la belleza de su catedral. Fantástico el cimborrio, fantásticos sus tapices, fantástica su custodia procesional. Fantástica Zamora.


Ha sido un verdadero deleite. Un auténtico placer para todos los sentidos el saber que he tenido entre mis dedos parte de mi historia, parte de la historia. De esa misma historia, que a partir de este momento ya sólo podré recordar, pues como el agua, cuando intentas atraparla sólo consigues que se te escape de las manos.