martes, 6 de abril de 2010

Todo llega. Todo pasa.




Cuando ya vuelven al ropero los lienzos de las túnicas, los terciopelos y ruanes de los viejos antifaces, las antiguas capas de los que estrenaron estación. Cuando las sandalias y las alpargatas tras todo lo caminado, tras todo lo recorrido, tras el paso a paso de lo andado, vuelven a la oscuridad de su prisión. Cuando el esparto vuelve a su rincón para enrrollarse sobre si mismo. Cuando ya se planchan los heredados costales y dulcemente se pliegan las fajas para su vuelta al cajón, todavía a lo lejos aún resuena el eco de la ronca trompeta, el sordo redoble del tambor, el ruido de la gente, el silencio de la bulla. Todavía queda el triste olor de la flor marchita. Todavía se aprecia un suave aroma que huele a primavera, el blanco perfume del azahar derramado por nuestras calles. Queda cómo reflejo de lo vivido la negrura de la cera sobre el asfalto, la nostalgia de lo sentido, la añoranza del recuerdo, el pertinaz deseo de pasear sobre lo soñado. Atrás quedaron los brillantes días del gozo, las tenue luz de la vela en la oscura y lúgubre noche. La dureza de las horas de penitencia. La abstinencia y el ayuno. El luto y la pasión. El trance y el castigo. La aflicción y la tristeza. Se fueron esos días de algarabía ante lo inminente. Los días del duelo ante la muerte. Los días de reflexión sobre la cruz.

Se fueron, cómo siempre. Se fueron para volver. Para regresar. Para de nuevo dejarnos la felicidad del tiempo nuevo. Para traernos la esperanza que mueve nuestra Fe. Para que nos regocigemos en el tiempo de la Pascua de Resurrección.

Volverán los días pasados. Volverán para ser mil por mil veces disfrutados. Porque recuerden que... Todo llega. Todo pasa.

2 comentarios:

  1. Y lo que nos llega ahora es la Feria!!!!

    Un saludo

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  2. Ahora toca esperar el volver a disfrutar de los grandes dias vividos, q cada año se pueden vivir mejor con mucha fe e ilusion.

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