miércoles, 14 de abril de 2010

Los desaparecidos



Tanto tiempo esperando y ayer, de una tacada, conocemos dos. Algo que no deja de sorprenderme teniendo en cuenta que tanto el gobierno de nuestro país como la Junta de Andalucía no están tomando todas las medidas que serían deseables para sacarnos de la crisis. Bien porque no saben, bien porque no pueden. El caso es que ayer, como por arte de magia, sacan a la luz las dos últimas.

De un lado, el ministro de trabajo, Celestino Corbacho, un auténtico dechado de facultades que no tiene estudios, se saca de la manga como gran medida para la salida de la crisis, el abaratamiento del despido. Ello quiere decir, que se reduciría la indemnización por despido hasta los 33 días por año trabajado (chupa del frasco Carrasco).

De otra parte, la Junta de Andalucía, nada por aquí, nada por allí... ¡zas!, saca de la chistera la suspensión de ayudas "sine die" y sin previo aviso  a los trabajadores autónomos aprobadas el pasado año (chúpate esa Vanesa).

Y a todo esto, ¿dónde estaban los sindicatos? ¿esos que velan por los intereses de los trabajadores? ¿esos que todavía no han movido un dedo por los cuatro millones y pico de parados que existen en España? ¿esos que no se atreven a alzar la voz no vaya a ser que le quiten los privilegios?

Adivina, adivinanza. Estaban reunidos en un salon de la facultad de medicina de la Universidad Complutense. No, no es que les haya dado ahora por estudiar y aprovechar el tiempo. Estaban en un acto en favor del juez Garzón. Defendiendo a un juez imputado por varios delitos (ahora no viene al caso citarlos, lo haré en su momento) y que tanto ha favorecido últimamente los intereses políticos de determinado partido afín. Así, la noticia de portada de los periódicos de hoy ha sido esta concentración y no las susodichas medidas tomadas. Efecto conseguido. Objetivo cumplido. Toda la repercusión mediática de nuevo ha sido desviada. ¡Que arte!¡Vaya vicio que tienen los tíos!.

Que casualidad, sale la noticia de una supuesta reforma laboral y los defensores de los trabajadores en vez de montar en cólera, en vez de montar el cirio, en vez de montar el pitoste del siglo, vuelven a correr un estúpido velo para tapar un nuevo desmán de aquel que los subvenciona. De ese con el que se reunen anualmente en El Bierzo y que tanto les promete, que tantas prevendas les otorga, que tantos privilegios les regala. Y claro, los favores hay que pagarlos. Cuando te politizas y te benefician, cuando te vendes al mejor postor y te premian, cuando te corrompes y te subvencionan, cuando pierdes el norte de tus ideas y te obsequian, se corre el riesgo de tener devolver dichos favores aún cuando ello consista en bajarse los pantalones, en abandonar al que se está obligado a defender, en dejar tirado al trabajador que lo necesita. Es lo que tiene ser un chupóptero. Que tienes que plegarte al dictamen del que te deja mamar. Que tienes que quejarte con la boquita pequeña y si tienes los bemoles suficientes para hacerlo. ¿Verdad, valientes? Ya lo entiendo. No está bien morder la mano del que te da de comer. Es eso ¿a que si?.

Pero ¿Qué hubiera pasado si estas últimas reformas o propuestas las hubiera planteado otro partido político no tan afín? ¿Cómo hubiesen reaccionado si fuera otro presidente del gobierno el que estuviera en el poder? Imaginense. ¿Cúantas movilizaciones y huelgas se habrían organizado? Pero ahora para ellos, como diría Antonio Burgos, no passsssssa nada.

Pero ojo, que antes se coje a un embustero que a un cojo, y ya se os está calando. A ustedes y a los que tanto os dan. Dejense de trucos. Olvidense de magia. Entierren el engaño. Aparezcan y dediquen el tiempo a lo que deben. Al objeto de su existencia. Al ideario que no cumplen. Trabajen, que es lo que os hace falta y si saben y pueden haganlo en defensa del compañero. Haganlo en defensa del que está en el tajo. Haganlo en defensa del parado. Haganlo en defensa del obrero.

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