sábado, 18 de septiembre de 2010

La maldición del 12 + 1



 


Hace unos días saltó la noticia, por muchos esperada, de que la selección española de fútbol había sido galardonada con el Premio Principe de Asturias de Deportes. Nada que objetar. Después de la hazaña de este verano con la que han conseguido coronarse como los campeones del mundo del deporte rey no había mejor candidato para optar al premio. No sólo por lo que deportivamente ha significado lo conseguido, sino también por los valores y modelos de conducta que como grupo socialmente nos han expuesto.

El jueves, ya de madrugada y en uno de esos programas radiofónicos que suscitan el debate sobre cualquier aspecto relacionado con el deporte, se abrió el coloquio de si Rafa Nadal era el mejor deportista español de todos los tiempos. Unos defendían la propuesta por ser el único judador español en conseguir ganar los cuatro grandes torneos mundiales y ser uno de los pocos jugadores que lo han conseguido en toda la historia. Otros decían que si lo era se debía por ser y hacer algo distinto a los demás. Por innovar y destacar por hacer algo nuevo.

Todo perfecto. Me parece bien que se halague tanto y tan merecidamente a nuestro campeón.

El caso es que los medios de comunicación, se suben al carro de la última noticia. En su momento fue Indurain, después Pau Gasol, Alonso, ahora Nadal. Algo similar parece pasar también con los prestigiosos premios de los que hablaba al principio de este post y que significan el máximo reconocimiento deportivo de nuestro país. No niego el merecimiento de cada uno de ellos para que les hayan concedido el Principe de Asturias de Deportes. Todos los que lo han conseguido han hecho méritos más que suficientes para que se les reconozcan sus esfuerzos y logros con la recompensa de dicho premio. Todos, tanto los deportistas nacionales ( Indurain, Alonso, Sito Pons, Rafa Nadal, Arancha Sánchez Vicario, Severiano Ballesteros, Manuel Estiarte) como los deportistas internacionales (Sebastian Coe, Steffi Graf, Isinbayeva, Michael Schumacher, Carl Lewis, Lance Amstrong, El Guerrouj, Martina Navratilova). Tanto a nivel individual como colectivo (Selección española de fútbol, selección española de baloncesto, selección española de maratón, selección brasileña de fútbol).

Sin embargo, pienso que en el deporte español nos estamos ciñendo a la moda vanguardista. A lo del día a dia. Nos apegamos demasiado al presente. No se mira un poco más allá y se le da el sitio a esos que en su día nos abrieron la puerta de la gloria deportivamente hablando.

Hay alguién que creo que está siendo olvidado año tras año. Edición tras edición.  Alguién que nos hizo vibrar durante muchos años. Alguién que consiguió mantener la hegemonía de su reinado, de su imbatibilidad como no lo ha hecho nadie en este pais. Y en un deporte, ahora otra vez en boga con la aparición de nuevos jóvenes que con su trabajo y esfuerzo están ya en la senda del triunfo.

Todavía recuerdo cuando de niño me sentaba frente a la tele las mañanas de los domingo y junto a mi padre disfrutaba con sus últimos logros deportivos. Los últimos logros de los 13 12 + 1 que consiguió. Nada más y nada menos que ¡12 + 1 campeonatos del mundo de motociclismo!.  Y es que el gran campeón además era y es supersticioso.Aparte fue 23 veces campeón de España, consiguiendo la victoria en 90 grandes premios del mundial y en 128 carreras del campeonato de España. Era capaz de correr en varias categorias a la vez. Se bajaba de la moto de la categoría de 50 cc y se subía en la de 80 o en la de 125 cc. No en vano en el año 72 gano los mundiales de las cilindradas de 50 y 125. Se ha convertido por méritos propios en toda una leyenda del deporte internacional.

Y es que, con tal historial y palmarés, Angel Nieto merece como ninguno el máximo reconocimiento deportivo que se hace en este pais. Un pais siempre tan olvidadizo y desagradecido para los que tanto le han dado. Angel, no se ha marchado, sigue al pie del cañon relacionado con la que ha sido su gran pasión, su gran amor. El motociclismo y por ende el deporte.

Sería una lástima que cuando se acordaran de premiarlo sólo fuera para ponerle un nombre a una calle, a un circuito o a una moto. Sería una pena que no pudiera disfrutar en vida de lo que se ha merecido a lo largo de toda su carrera deportiva. Sería muy triste que una vez más nos tuvieramos que acordar de la grandeza de alguién cuando se nos marche. Cuando no haya más remedio que entregarle un galardón a título póstumo.

Ojalá se rompa el maleficio y en una próxima edición caiga la maldición del 12 + 1. No por nada. Simplemente porque se lo merece.

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