lunes, 10 de enero de 2011

Vuelta a empezar



Ya pasaron las fiestas navideñas y la verdad, es que cada vez me cuesta más adaptarme a esos días en el que al parecer han de convivir el jolgorio y la nostalgia, la alegría y la tristeza, la temporalidad de una insuficiente caridad y la perenne práctica de un consumismo desmesurado, la necesidad y la opulencia. Aún oigo los apagados ecos de villancicos y panderetas, todavía percibo el tenue parpadeo de las luces reflejadas en las húmedas cristaleras y ya empieza a colonizarme el anual deseo de la vida nueva. De sus cambios, de sus esperanzas.

Comenzamos la nueva andadura. La que cada año nos proponemos. Cambio de actitudes, refuerzo de aptitudes, comprometidos aprendizajes, destierro de vicios y cobijo de buenas y sanas costumbres. Al final, como siempre, casi todo lo forzado volverá a su natural ser. Propuestas convulsas, acogidas con ilusión, pero que sin constancia y sacrificio volverán a quedar en nada. Al menos, y ese es el consuelo, se procede a su intento y ojalá, alguna se consiga. Cada uno tiene en su mano cambiar lo que de suyo le compete. Sin esperar lo que nos puedan deparar los demás.

Porque ¿y nuestro alrededor?. Pues nada nuevo bajo el sol. Mientras nosotros personalmente pretendemos iniciar un cambio, el cambio, todo lo que nos rodea seguirá igual. Como siempre. Seguirán los desmanes políticos con sus corruptelas y desvergüenzas, más episodios de los controladores descontrolados, los nuevos capitulos de una crisis que no terminará de pasar, salpicones de dura realidad, tragedias familiares a los que llega la desesperanza, vuelta al tema de las pensiones y al aumento de la edad de jubilación, raciones de encuestas ante las inminentes elecciones municipales, hipocresías sindicalistas, chanzas y mentiras...Otra vez, los pequeños sucesos se convertirán en las mejores cortinas de humo para ocultación de la realidad, mientras juegan con el bienestar de toda una sociedad. Nos llenarán la cabeza de pajaritos, nos entretendrán sólo de circo porque el pan se va acabando. De novedosas confrontaciones donde nunca las hubo para tenernos más o menos en la inopia. Nos animarán a mirar a otro lado y a comulgar, otra vez y las que nos quedan, con piedras de molino mientras asistimos al decadente espectáculo del esperpento con el que a diario nos obsequiarán.

Este es el nuevo año. Esto es lo que nos deparará el 2011 y que en nada lo diferenciará del anterior, ni del anterior del anterior. Vida nueva para el que individualmente se lo proponga con pequeños o titánicos esfuerzos. Ya estamos en año nuevo pero si dependemos de los demás, de los que tienen en su mano el bien de la colectividad, todo seguirá igual. Es año nuevo y como siempre cada uno a lo suyo, a retomar ilusiones y compromisos personales, nuevos propósitos y viejos retos. No nos queda otra, ya estamos en un nuevo año y  hay que volver a empezar.

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