martes, 18 de enero de 2011

Un pasito para adelante, tres pasos para atrás.


De andaluz a andaluz. Chaves escucha la traducción
de Montilla en el Senado. Foto Diario El Mundo.

Pues si. Y yo que creía que no se llevaría a cabo. Me equivoqué. Llegué a pensar que el sentido común acabaría imponiéndose en la cuestión. Pero ya ves, otra vez se torna en el menos común de todos. Ganó la estupidez, se impuso la insensatez de los que llevan las riendas de este nuestro pobre (cada vez más y en todos los sentidos) país.

A partir de hoy habrá veinticinco intérpretes que se dedicarán a traducir las intervenciones de sus señorías en el Senado. ¿Cabe mayor idiotez? ¿Existe mayor memez? ¿Hay una gilipollez más supina?. Opinen ustedes mismos. No salimos de una y nos meten en otra. Pinganillos para todos. Traducir a lenguas cooficiales algo que todos son capaces de entender en castellano ( lengua oficial así consignada en el artículo 3.1 de la Constitución Española).

Como otras tantas, esta no es más que otra nueva atrocidad cometida en contra de una lengua que es hablada por casi cuatrocientos millones de personas, en contra de un idioma que se extiende por todo el planeta y que es el segundo más importante del mundo. Es una decisión bochornosa que debiera causar sonrojo a los que la aprobaron. Magno esperpento. Disparate sin par. Medida que debiera causar vergüenza a aquellos que lamentablemente parecen no estar ni en su cabales, ni en sus facultades mentales y que ni la tienen ni la conocen (la vergüenza digo).

¿Hay algo más inútil que pagar casi 350.000 euros anuales (se dice pronto) por la bromita? ¿por el simple hecho de traducir entre españoles? ¿por el hecho de hacer entender a tipos que conocen y saben hablar en castellano? ¿de verdad es necesario este absurdo dispendio? ¿es absolutamente obligatorio asistir a tan bochornoso espectáculo?

Pues ya lo ven. Estos son los mismos imbéciles que nos piden sacrificios a los españolitos de a pie. Los mísmos vendeburras que nos llevan a pique. La misma chusma que nos trocarán las pensiones y la edad de jubilación mientras se blindan las suyas. Los mismos chupópteros que nos hablan de brotes verdes mientras lo único que se atisba en el horizonte de este país son los parajes desiertos a los que nos han llevado. Los mismos canallas de lengua viperina que mienten más que hablan. Esos que confunden la altanería y la chulería con la dignidad. Si, son los mismos. Son esos mismos rufianes que retiran ayudas de subsistencia a parados de larga duración  los que prefieren dilapidar el dinero en lamentables bromitas como esta. Los mismos progres que para dar un pasito adelante, nos hacen dar tres hacia atrás. Los que en vez de dar ejemplo y poner en práctica lo que a todos nos une, prefieren usar aquello que nos aleja, lo que nos hace diferentes. Amarga lección de hipócrita pluralidad.

Váyanse imaginando el indigno espectaculo. Orador hablando castellano y senador español con pinganillo mientras se le traduce lo que aquel diserta. Ridículo. Auténtica desfachatez. No va más. El elogío del cachondeo sin parangón. La oda al atraso. Una triste torre de babel. Una historia más propia del camarote de los hermanos Marx, de una película de Cantinflas, de una historia de Kafka.

Muchas veces en los últimos meses, dada la dura crisis que nos azota y el miedo que se tiene a un posible rescate de nuestra economía, hemos escuchado eso de España no es Grecia, España no es Irlanda, España no es Portugal. ¿Alguien se ha preguntado lo que nos dirán estos impresentables que nos mandan como sigan tomando decisiones de nivelazo tan cutre? Dios quiera que cuando se les acabe el cuento, cuando no tengan con quien compararnos, no venga ningún tonto de estos a decirnos que España ya no es España.

No hay comentarios:

Publicar un comentario