viernes, 4 de junio de 2010

De salvadores, conspiraciones y cuentos.




Un mes hace desde que se dió la última puntada en esta humilde sastrería. Desde entonces muchas cosas han acontecido en todos los planos sociales de nuestro pais y muchas decisiones de gran importancia y que afectan a muchos compatriotas han sido tomadas. Algunas de ellas con raquítica mayoría. Pero de momento, y sigo pensando y me sigo reiterando en lo comentado en el post anterior, no somos Grecia.

De entre todo lo sucedido hay dos hechos que me han llamado poderosamente la atención y en los dos, aunque parezca mentira y no se si es cosa del calor que empieza a colonizarnos o de una inventada teoría de la conspiración, encuentro puntos de conexión. Por increible que parezca. Os relato.

Hace dos semanas se aprobó por tan sólo un voto de diferencia el ya famoso decretazo del gobierno, por el que se congelan las pensiones, se rebaja el sueldo de los funcionarios y por ende se recorta el gasto público que ahoga el déficit arrastrado. No es que esté en contra de las medidas tomadas. Pero si no se hubiese negado con tanta insistencia la situación económica de este nuestro pais, tal vez las medidas hace dos años bien podían haber sido otras. A lo que iba. Gracias a CiU, a nuestros grandes aliados, a los grandes defensores de la unidad de España (evidentemente esto es sarcástico), se sacaron adelante las medidas propuestas por el (des)gobierno  de esta nuestra nación. Claro que ello lo hicieron de manera altruista, abanderando el sentir popular y llevando a gala de patriotismo español del que siempre han presumido (obviamente es mentira) los independentistas catalanes. Además arrogándose la cualidad de adalides y defensores de garantizar la unidad social y la no quiebra popular de España. Oir y ver para creer. Pero claro está que gracias a su abstención, de su bendita abstención, seguimos sin ser Grecia. De momento y sobre la campana nos han salvado. No somos Grecia.

El otro hecho, o mejor dicho, el otro evento acontecido al que me refiero a sido el tradicional, lustroso, y prestigioso (por los eggs) festival de Eurovisión. Hace tiempo que opino que no sé que pintamos en un festival politizado, en el que se valora más la relación internacional entre estados que la calidad artística de las canciones presentadas. En el que pesa más la amistad entre paises vecinos que la valía de los cantantes que representan a sus respectivas naciones. Lo mejor que hemos hecho en los últimos años, con respeto a todos los que nos han representado, ha sido al interpretación del Chiquilicuatre. Al menos, y sabiendo que no ibamos a ganar de ninguna de las maneras, mandabamos a un claro representante de la España del momento. Un pais de tristes comediantes, de payasos sin gracia, de banalidad en lo importante, del reirse de uno mismo y de los demás. Al menos era actual. Por eso en esta ocasión hubiese preferido que nos representara el Sr. Cobra (vean el enlace, no tiene desperdicio el video completo) o la Sra. Karmele Merchante (por cierto también independentista catalana), dignos representantes de un pais en el que triunfa el fracaso educacional, y se valora la cultura del pelotazo añadiendo todo lo anteriormente dicho para el Chiquilicuatre. Perdón, que me entretenga. Tanto tiempo sin escribir, hace que me ande por las ramas. Al grano.

Durante la actuación del representante de España, Daniel Diges, con su Algo pequeñito, se coló en la misma como parte de la coreografía, el ya famoso Jimmy Jump. Un tipo que tiene como razón de ser, como estilo de vida, el reventar actos y eventos de relevancia tanto nacional como internacional. Eso si, siempre alardeando de su catalanidad con la tradicional barretina en el coco. Un crack. Pero un crack que no gana para multas. Aunque pienso que a lo mejor y viviendo donde vive y representado lo que quiere representar es posible que sea otro personaje vividor de subvenciones y ayuditas institucionales.

Mi teoría, es que este señor, tras la lección de españolidad dada por CiU (ya veremos la sentencia del estatut y la parte del pastel que se llevarán de los próximos presupuestos generales, esos que dicen que no aprobarán) se sumó a la campaña del Salvemos a España promovida por su convecinos y trato de reventar el Festival de Eurovisión para que no ganaramos. Así, nos evitariamos tener que celebrar la próxima edición y eludiríamos el derroche económico que supondría tener que organizar dicho acto en nuestro pais. Una ayuda en toda regla. Nos han echado una manita para que el gasto público se siga conteniendo y no pequemos de alharacas dinerarias inconvenientes e inoportunas. Un empujón para la bajada del déficit público. Un respaldo a la economía de guerra. Y todo ello claro está, sin contraprestaciones. Ellos lo saben mejor que nadie. La pela es la pela.

Puede parecer de locos, que tal vez esté pa`ya, que esté delirando a estas alturas de la película, que esté aturdido por lo visto y leído en los últimos días, que esté mareado por los bandazos de izquierda a derecha de los sujetos al poder, que me encuentre despistado por los continuados desmanes de los politiquillos de turno, por las medidas tomadas, por las que no se han tomado y por las que se han amagado. Por lo grotesco de la situación y por la situaciones grotescas. Puede parecer que me haya obsesionado con todo lo que ocurre en esta embarcación sin rumbo y a la deriva en la que nos encontramos. Pero puestos a creer y a tragar con cuentos chinos, ¿por qué no hacerlo con mis cuentos catalanes?. Al menos nos han salvado, aunque sea en el descuento y gracias a ellos No somos Grecia.

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