sábado, 2 de abril de 2011

De librepensadores y ateos




Hace tiempo que no se descorren las cortinas de esta humilde sastrería. Muchas cosas se han ido sucediendo desde la última entrada. Aparte de la ya más que aceptada corrupción política que desgraciadamente asfixia a esta nación y de la que se reproducen sin fin casos y casos (falsos Eres, Gürtel, subvenciones de la unión europea...). Aparte de la mentira y la maquillación de hechos con la que día tras día nos engañan y nos hacen tragar con piedras de molino (caso Faisán, negociación con ETA, brotes verdes de la economía...). Aparte de hechos sin trascendencia y que ya se encargan algunos necios de intentar hacernos ver que todo poco a poco mejora, (España por fín es el país con el mayor índice de paro de todos los que componen la zona euro). Aparte de todo esto y más, ahora nos vemos inmersos como país en una nueva guerra. Esa que se libra para derrocar al ahora maldito y malvado Gadafi. Ese que era recibido con los más altos honores. Ese que era hospedado y arropado en los más bellos parajes, en las más deslumbrantes estancias. Ese que antes no era un dictador. (¡ja,ja!). Ese que al parecer ahora tiraniza y mata a sus conciudadanos. Ese tipo tan adorable que venía regalando caballos. Pero ¿he dicho guerra?. Dios me libre. Nuestros gobernantes, los de hoy claro, estos no nos meten en guerras. ¿Verdad? Estos son pacifistas. Por ello nos sacaron de Irak. Por eso no nos vamos de Afganistán. Porque allí no tiran balas, nos dan caramelos. Por eso no negociamos con paises amigos la venta de armas. Porque con ellas lo que se hace es practicar el tiro al plato. Es lo que tiene la hipocresía y la doble moral.

Sin embargo, no es de los avatares guerrilleros de España como nación lo que me lleva a retomar la hechura de este nuevo ropaje. Es el afán guerrillero que ciertos gudaris autodenominados ateos proyectan en contra de la religión. ¿Qué religión?. Pues sobre cual va a ser. La católica claro. Esa que saben ellos que volverá a poner la otra mejilla.

Últimamente se vienen perpetrando ciertos ataques contra el catolicismo. Ataques que se están convirtiendo en tónica habitual y que no hacen más que sumergirnos poco a poco en una peligrosa espiral. Violenta y dolorosa espiral. Que si profanación de templos, que si exposiciones fotográficas, que si obras teatrales, que si procesiones ateas.... El caso está en que estos autodenominados ateos (personas que no creen en deidades ni seres sobrenaturales) en vez de aplicar su no creencia se dedican a que los demás no puedan realizar sus habituales prácticas religiosas. No se mantienen al margen. Intentan convencer a los demás, intentan imponer a los creyentes las bondades del ateismo. Y si no es por la vía pacífica será por la violenta. Por el insulto. Hiriendo. Mofándose. Atacando a las creencias más profundas e íntimas de cada cual.

Sin embargo, estos seudoguerrilleros del ateismo, soló luchan en contra del Dios cristiano. Del católico. Ninguno de estos y estas admirables valientes, defensores de su no creencia, de estos respetuosos adalides de la libertad, tienen los santos bemoles de hacerlo en contra de ninguna otra religión. Se escudan en la supuesta condición pederasta que lleva aparejada la vocación sacerdotal para montar estos pitostes. Cómo si no hubiese violadores, mangantes, ladrones, asesinos, terroristas, y por supuesto monstruos humanos que abusan de menores que tuviesen otras creencias o profesasen otra religión. Estos ateos librepensadores, que se dedican a no dejar pensar libremente a los demás son los mismos que no se escandalizan con declaraciones como esta o esta otra. No, no lo dicen practicantes islamistas de base, no. Esto lo dicen ni más ni menos que imanes. Los que predican la fe del Islam. 

Lo que ocurre es que esta panda de luchadores, esta trupe de inteligentes, estos seguidores de la alianza de civilizaciones no tienen nada que temer. Todo lo que sea atacar al catolicismo sale gratis. A pesar de regularse constitucionalmente, en la ley de libertad religiosa y en el código penal en el que incluso los ataques y ofensivas contra cualquier creencia religiosa se paga con penas de cárcel.

Ya me gustaría saber a mi que castigo recibirían estas tipas ligeritas de cascos, perdón de ropa, entrando con sus elegantes maneras en una mezquita. Me gustaría saber si se expondrían en este pais, ya no cuadros sino viñetas aludiendo a Mahoma. Me apetecería conocer si al igual que hay representaciones teatrales en las que se escenifican a sacerdotes acudiendo a prostíbulos y practicando sexo homosexual mientras monjas borrachas pasan por su vera, serían capaces si quiera de hacer una barbacoa en la puerta de una mezquita durante pleno ramadán. Lo que pasa es que como casi siempre mi gozo quedará en un pozo. Si, en un pozo. Porque esta gentuza librepensadora, progresista y amante de su libertad de expresión, estos zoquetes que sólo hacen crear la división y que son amparados por los que se dicen defender la alianza de civilizaciones (¿será a esta?) y de hecho la respaldan (se anuncian en la web amenazadora) no tendrán la suficiente gallardía para llevar su ideología atea hasta el final. Contra todas y cada una de las confesiones religiosas teistas. Y no lo harán básicamente por una cuestión. Simple y llanamente porque adolecen de algo que va más allá de su supuesta y agresiva valentía. Sencillamente porque no tienen huevos. No hay cojones.

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